Quizás cuando vuelvas yo me haya ido y ya no haya manera de contactar conmigo. Entonces solo tendrás aquello que una vez te regalé y nunca usamos; por miedo, o yo que sé. Y te preguntarás qué habrá sido de mi. Y a saber dónde estaré yo; a saber si entonces habré conseguido poder reproducirte sin querer tocarte por todas partes. A saber quién seré.
Así que sigamos con la absurda apariencia de que no me necesitas y de que no sabes que yo no soy ninguna de todas esas que te han querido.